domingo, 10 de junio de 2007

Hay que quejarse, pero no así.


Os pongo una foto de una pintada que puede leerse en una máquina de refrescos en la estación de Vilanova i la Geltrú. Estoy de acuerdo en que hay que quejarse y mucho si no se nos da un buen servicio. Pero esta no es precisamente la mejor manera.

Me parece correcto que devuelvan el billete cuando hay problemas, se producen retrasos y en definitiva el servicio no se corresponde al precio pagado. Pero no veo nada bien el montón de gente que se cuela sin pagar como costumbre y con mucha cara dura (colándose por la puerta de control apretado a la espalda del que lleva billete)

Este servicio lo pagamos entre todos, y por tanto hay que pagar un precio ajustado al servicio que se nos da. Si nadie paga el servicio no tiene futuro y nos quedamos sin trenes de cercanías.

Lo que me sorprende es que no se pongan más medios para controlar este hecho, ya que haciendo números me parece que la cantidad de pasajeros que se cuelan sin pagar por estas estaciones a lo largo de un día, bien pueden pagar el sueldo de un revisor (y de paso se crean puestos de trabajo). ¿Dejadez? ¿Falta de interés? ¿No es rentable? Los que mandan sabrán...


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