Aquí os dejo unos cuantos ejemplos más del mal estado de los cercanías en Barcelona. Una ventana rota, más vagones pintados (últimamente se ven muchos) y por último un problema con la megafonía interna que nos obligó a viajar todo el trayecto con el persistente pitido de cierre de puertas pegado a la oreja. Todo de la semana antes de coger las vacaciones de semana santa.
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