martes, 11 de marzo de 2008

Masificación en los cercanías

Aquí os dejo unos ejemplos de la masificación a la que nos someten en nuestro ir y venir con este servicio de transporte público. Hoy los trenes llevaban cierto retraso, un retraso que aumenta parada tras parada, solo con lo que se tarda en el proceso de descarga y carga al parar en las estaciones. Me gustaría que alguien contabilizara un día la gente que hay en uno de estos trenes, ya que se supone que tienen un número de plazas máximas. ¿No penalizan a los locales nocturnos si superan ese número?

Y para acabar de rematar la situación hoy deciden poner un solo tren de dos pisos, en lugar de los dos que venían utilizando últimamente. Como se puede ver en el vídeo, son casi 3 minutos para bajar y subir. Además, si ponéis los altavoces, podréis escuchar como el conductor intenta cerrar las puertas cuando todavía hay gente subiendo (necesita como tres intentos).



Ya al llegar a mi estación (y conseguir pasar a empujones entre la gente) me he encontrado con una situación del todo explicativa de la frustración de los usuarios. En este caso, el sentido común de este viajero brilló por su ausencia, ya que intentaba entrar en el tren, cuando no cabía un alfiler, y encima pretendía subir su bicicleta. Al final, entre las quejas de los pasajeros y los pitidos del conductor, decide desistir y esperar al próximo tren.

Y está claro que parte de la culpa la tiene el personaje en cuestión por intentar entrar donde está claro que no cabe (y de paso retrasa más el tren y cabrea más al resto de la gente). Pero otra parte importante de la culpa la tiene el servicio precario que ofrece Renfe a los usuarios de Cercanías en Barcelona.



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