De los cinco días laborables, solo 4 me atreví a coger el tren y en dos de ellos padecí retrasos de casi 30'. Una buena media, 50% de problemas en mis viajes con Renfe cercanías. Luego dirán que la cosa va mejor. Menos mal que dentro de muy poco me voy a poder olvidar de este lamentable servicio público de transporte, ya que finalmente podré ir a pie o en bicicleta al trabajo. Era la única solución posible (cambiar de residencia), ya que no parece haber nadie capaz (o con ganas) de solucionar este degradado, anticuado y lamentable servicio que cada vez pagamos más caro.